Obesidad en niños.
La obesidad significa tener demasiada grasa corporal. No es lo mismo que sobrepeso, lo cual significa pesar demasiado. Una persona puede tener sobrepeso por músculo, hueso o agua extra, así como también demasiada grasa.

Ambos términos significan que el peso suyo es superior a lo que se piensa que es saludable para su estatura.

Causas
Cuando los niños o niñas comen más de lo que necesitan, sus cuerpos almacenan las calorías extras en adipocitos para usarlas como energía más tarde. Si este patrón continúa con el tiempo, y sus cuerpos no necesitan esta energía almacenada, desarrollan más adipocitos y pueden presentar obesidad.

Es posible que algunas personas usen el alimento para premiar el buen comportamiento o buscar alivio cuando están tristes. Estos hábitos aprendidos
llevan a comer sin importar si tenemos hambre o estamos llenos.
Muchas personas tienen mucha dificultad para romper con estos hábitos. La familia, los amigos, las escuelas y los recursos de la comunidad en el ambiente de un niño refuerzan los hábitos de estilo de vida con respecto a la alimentación y la actividad. Los niños y niñas están rodeados por muchas cosas que los pueden llevar fácilmente a comer en exceso y difícilmente a estar activos. Ver televisión, practicar juegos, enviar mensajes de texto y jugar en la computadora son actividades que requieren muy poca energía, estas pueden ocupar mucho tiempo y reemplazar la actividad física. Además, cuando los niños y niñas ven televisión, anhelan con frecuencia los refrigerios ricos en calorías que ven en los anuncios comerciales.

El término "trastornos alimentarios" se refiere a un grupo de problemas de salud relacionados con una forma incorrecta de comer, hacer dietas, bajar o
subir de peso e imagen corporal. La obesidad y los trastornos alimentarios con frecuencia ocurren al mismo tiempo en las niñas y niños adolescentes que son bombardeados por una imagen equivocada de un modelo de un cuerpo.

Ciertas afecciones, como trastornos hormonales o el hipotiroidismo, y ciertos medicamentos, como los esteroides o los anticonvulsivos, pueden aumentar el apetito de un niño o niña, lo cual con el tiempo aumenta su riesgo de obesidad.

Pruebas y exámenes
El médico llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de la historia clínica, hábitos alimentarios y rutina del ejercicio de su hijo. Se pueden hacer exámenes de sangre para buscar problemas tiroideos o endocrinos, los cuales podrían llevar al aumento de peso. Los expertos en salud infantil recomiendan que a los niños se les hagan exámenes para la obesidad a la edad de 6 años.

El índice de masa corporal (IMC) de su hijo se calcula usando la estatura y el peso. Un médico puede usar el IMC para calcular aproximadamente cuánta grasa corporal tiene su hijo.

Sin embargo, medir la grasa corporal y diagnosticar la obesidad en los niños es diferente a medir estos parámetros en los adultos. 
Tratamiento y apoyo para su hijo.
El primer paso para ayudar a su hijo a lograr un peso saludable es consultar con su médico. El médico puede ayudarle a establecer metas saludables para bajar de peso y ayudar con el monitoreo y apoyo.

Trate de lograr que toda la familia se una al plan para bajar de peso, incluso si la pérdida de peso no es la meta para todos. Los planes para bajar de peso en los niños o niñas se enfocan en hábitos de estilo de vida saludables que es algo bueno para cualquier persona.

Tener el apoyo de los amigos y la familia también puede ayudar a que su hijo baje de peso, un comentario con dolo o comparar a un niño delgado con uno con mas peso puede causar serios problemas de autoestima.

Cambiar el estilo de vida de su hijo(a).

Comer una dieta balanceada significa que su hijo(a) consume los tipos y cantidades correctas de alimentos y bebidas para mantener su cuerpo saludable.

Sepa qué tamaño de las porciones debe comer su hijo para satisfacer las necesidades de su cuerpo con respecto a los nutrientes, sin obtener demasiado de algunos e insuficiente de otros.

Abastezca su despensa y refrigerador con alimentos saludables. Escoja una variedad de alimentos saludables de cada uno de los grupos de alimentos y coma alimentos de cada grupo en cada comida. Escoger refrigerios y bebidas saludables para sus hijos es importante, pero puede ser un reto.

Las frutas y verduras son buenas opciones para los refrigerios saludables. Están llenas de vitaminas y son bajas en calorías y grasa. Algunas galletas y quesos también son buenos refrigerios.
Evite los refrigerios de comida chatarra como papitas fritas, dulces, pasteles, galletas y helado. La mejor manera de evitar que los niños consuman comida chatarra u otros refrigerios incorrectos es no tener estos alimentos en su casa.

Evite los refrescos, bebidas para deportistas y aguas saborizadas, sobre todo las que vienen preparadas con azúcar o jarabes. Estas bebidas están llenas de calorías y pueden llevar al aumento de peso, incluso en los niños activos. De ser necesario, escoja bebidas con edulcorantes artificiales (sintéticos).  

Los niños no deben ver más de dos horas de televisión al día. Esto puede ser difícil debido a que ver televisión es parte de su rutina diaria. Los niños deben tener muchas posibilidades de jugar, correr, andar en bicicleta y practicar deportes durante el día. Los expertos recomiendan que ellos hagan 60 minutos de actividad moderada todos los días. Actividad moderada significa que usted respira y su corazón palpita más rápido de lo normal. Si su hijo no es un atleta, encuentre maneras de motivarlo a ser más activo.

Precacucion!!!
Usted puede ver anuncios de fitoterapia y suplementos que afirman que ayudarán a bajar de peso. Pero muchas de estas afirmaciones no son ciertas y algunos de estos suplementos pueden tener efectos secundarios serios. Hable con su médico antes de dárselos a su hijo. Los medicamentos para bajar de peso no se recomiendan para los niños. Un niño que tenga sobrepeso o que sea obeso es más propenso a tener sobrepeso u obesidad como adulto. Los niños obesos ahora están desarrollando problemas de salud que solían verse sólo en los adultos. Cuando estos problemas empiezan en la niñez, se vuelven con frecuencia más graves cuando el niño se convierte en un adulto.

Los niños con obesidad están en riesgo de presentar estos problemas de salud:

  • Glucosa (azúcar) alta en la sangre o diabetes
  • Presión arterial alta (hipertensión)
  • Colesterol y triglicéridos elevados en la sangre (dislipidemia o grasas elevadas en la sangre)
  • Ataques cardíacos debido a cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva y accidente cerebrovascular posteriormente en la vida
  • Problemas óseos y articulares: más peso ejerce presión en los huesos y las articulaciones. Esto puede llevar a osteoartritis, una enfermedad que causa dolor y rigidez articular.
  • Detención de la respiración durante el sueño (apnea del sueño). Esto puede causar fatiga diurna o somnolencia, atención deficiente y problemas en el trabajo.
  • Las niñas obesas son más propensas a no tener períodos menstruales regulares.
  • Los niños obesos con frecuencia tienen baja autoestima. Ellos son más propensos a ser fastidiados o intimidados y pueden tener dificultad para hacer amigos.

Dr. José Alberto Hachity Ortega
Referencias
United States Department of Agriculture. Dietary Guidelines for Americans, 2010. National Academy Press, Washington, DC, 2000.
Seagle HM, Strain GW, Makris A, Reeves RS; American Dietetic Association. Position of the American Dietetic Association: weight management. J Am Diet Assoc. 2009;109:330-346.
Pratt JS, Lenders CM, Dionne EA, Hoppin AG, Hsu GL, Inge TH, Lawlor DF, MarinoMF, Meyers AF, Rosenblum JL, Sanchez VM. Best practice updates for pediatric/adolescent weight loss surgery. Obesity (Silver Spring). 2009 May;17(5):901-10.
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